El CB Murcia ha logrado el campeonato en la categoría cadete masculina al vencer en la final al AD Molinense por 103 a 96, en un partido muy emocionante pero carente de calidad.
En el inicio del choque el dominio correspondió al cuadro dirigido por Antonio Gómez, que imponían su juego: robos de balón y rápidos contraataques culminados por sus jugadores exteriores, muy buenos en el 1x1.
Cuando los molinenses se asentaron en le partido y pasaron los nervios iniciales, igualaron el electrónico gracias a un cambio defensivo, se colocaron en zona, primero en 2-3 y luego en una 1-3-1 muy cerrada, que impedía las penetraciones de los de la capital. En ataque tomó las riendas del juego su mejor jugador, Adrián Méndez que, pese a no estar acertado en el tiro exterior, rompía continuamente a su par, y asistía a sus compañeros para que anotaran canastas fáciles bajo el aro.
Si en la primera parte vimos poco juego colectivo, en la segunda vimos bastante menos. Los ataques rara vez duraban más de 15 segundos (creo que ningún equipo llegó a acabar su posesión) y los pases sólo se daban cuando era imposible el 1x1. Además, el bloqueo directo fue como una especie en extinción, sabemos que existen pero están protegidos para el público; y vimos algunos bloqueos indirectos en los de Molina, hasta que, influidos por el correcalles imperante, se olvidaron de los sistemas y buscaron las acciones individuales.
A todo esto llegamos al último cuarto con todo por decidir, y el equipo que mejor se adaptó a este juego fue, contrariamente a lo que se podía esperar, el AD Molina, logrando una renta de 11 puntos al inicio de este periodo. Los nervios, el cansancio y la zona press que puso el CB Murcia, hizo que robaran tres balones consecutivos y propiciaron la igualdad en el marcador, aunque siempre con pequeñas ventajas de los de José Damián, que tuvieron en sus manos la última posesión para ganar el partido, pero una nueva pérdida, llevó el choque a la primera prórroga.
En el periodo extra los jugadores comenzaron a tener problemas físicos, y los calambres hicieron mella en algunos de ellos, con la desventaja para los molinenses debido a su menor profundidad de banquillo. A pesar de esto volvieron a tener la opción de la victoria: perdiendo de un punto, el CB Murcia perdió un balón a falta de cinco segundos (aunque pudo ser falta) que propició un contraataque molinense que terminó en falta. Con el tiempo prácticamente a cero, el jugador de Molina erró el primero y anotó el segundo por lo que se llegó a la segunda prórroga.
En el periodo final, los exteriores murcianos acertaron con los triples y, junto al desplome físico de los titulares del ADM, se fueron definitivamente en el marcador, para ganar, ahora sí, el partido.
Hay que felicitar la entrega y deportividad de los jugadores de ambos equipos, que dieron a la final intensidad y emoción a raudales, supliendo la falta de calidad en el juego de conjunto. También me gustaría destacar la labor arbitral, en un partido muy difícil de pitar.
Como única nota negativa, el banquillo de Molina se quejó de un último tiempo muerto pedido por el entrenador del CB Murcia a falta de 26 segundos para que terminara la segunda prórroga y con el partido decidido, ya que ganaban de 8 puntos.
El Obralia CB Capuchinos logró un merecido tercer puesto al imponerse en la final de consolación a la sorpresa de la Final A4, el Eliocroca de Lorca.
En el inicio del choque el dominio correspondió al cuadro dirigido por Antonio Gómez, que imponían su juego: robos de balón y rápidos contraataques culminados por sus jugadores exteriores, muy buenos en el 1x1.
Cuando los molinenses se asentaron en le partido y pasaron los nervios iniciales, igualaron el electrónico gracias a un cambio defensivo, se colocaron en zona, primero en 2-3 y luego en una 1-3-1 muy cerrada, que impedía las penetraciones de los de la capital. En ataque tomó las riendas del juego su mejor jugador, Adrián Méndez que, pese a no estar acertado en el tiro exterior, rompía continuamente a su par, y asistía a sus compañeros para que anotaran canastas fáciles bajo el aro.
Si en la primera parte vimos poco juego colectivo, en la segunda vimos bastante menos. Los ataques rara vez duraban más de 15 segundos (creo que ningún equipo llegó a acabar su posesión) y los pases sólo se daban cuando era imposible el 1x1. Además, el bloqueo directo fue como una especie en extinción, sabemos que existen pero están protegidos para el público; y vimos algunos bloqueos indirectos en los de Molina, hasta que, influidos por el correcalles imperante, se olvidaron de los sistemas y buscaron las acciones individuales.
A todo esto llegamos al último cuarto con todo por decidir, y el equipo que mejor se adaptó a este juego fue, contrariamente a lo que se podía esperar, el AD Molina, logrando una renta de 11 puntos al inicio de este periodo. Los nervios, el cansancio y la zona press que puso el CB Murcia, hizo que robaran tres balones consecutivos y propiciaron la igualdad en el marcador, aunque siempre con pequeñas ventajas de los de José Damián, que tuvieron en sus manos la última posesión para ganar el partido, pero una nueva pérdida, llevó el choque a la primera prórroga.
En el periodo extra los jugadores comenzaron a tener problemas físicos, y los calambres hicieron mella en algunos de ellos, con la desventaja para los molinenses debido a su menor profundidad de banquillo. A pesar de esto volvieron a tener la opción de la victoria: perdiendo de un punto, el CB Murcia perdió un balón a falta de cinco segundos (aunque pudo ser falta) que propició un contraataque molinense que terminó en falta. Con el tiempo prácticamente a cero, el jugador de Molina erró el primero y anotó el segundo por lo que se llegó a la segunda prórroga.
En el periodo final, los exteriores murcianos acertaron con los triples y, junto al desplome físico de los titulares del ADM, se fueron definitivamente en el marcador, para ganar, ahora sí, el partido.
Hay que felicitar la entrega y deportividad de los jugadores de ambos equipos, que dieron a la final intensidad y emoción a raudales, supliendo la falta de calidad en el juego de conjunto. También me gustaría destacar la labor arbitral, en un partido muy difícil de pitar.
Como única nota negativa, el banquillo de Molina se quejó de un último tiempo muerto pedido por el entrenador del CB Murcia a falta de 26 segundos para que terminara la segunda prórroga y con el partido decidido, ya que ganaban de 8 puntos.
El Obralia CB Capuchinos logró un merecido tercer puesto al imponerse en la final de consolación a la sorpresa de la Final A4, el Eliocroca de Lorca.
0 comentarios:
Publicar un comentario