El pasado domingo en el Palacio pudimos ver las carencias de nuestro CB Murcia en el partido frente al Iurbentia Bilbao, 67-82, a pesar de que Manuel Hussein contaba con toda la plantilla por primera vez en toda la temporada. De esta manera el equipo murciano pasa a ocupar posición de descenso a LEB igualado a tres victorias con Estudiantes, Bruesa y Menorca, que se perfilan con los rivales a batir, y sólo por encima del Cajasol que se mantiene en el último puesto de la clasificación con una victoria.
Después de una primera parte aceptable y con un esperanzador 38 a 38 en el marcador, se vieron sobre la pista los peores minutos del equipo de Hussein jugando como local. Los bilbaínos, magistralmente dirigidos desde el banquillo, aumentaron su nivel defensivo y cerraron los caminos a Chris Thomas, lo que atascó el ataque murciano y llevó a la desesperación al base estadounidense, que cometió su tercera falta y se fue al banco antes de lo previsto.
Este hecho, unido a las tres faltas del escolta T. Dean, hizo que no estuvieran sobre la pista ninguno de los dos desatascadores del ataque murciano y mostró lo que para mí es el principal problema de los de Hussein: los sistemas de ataque se basan única y exclusivamente en 1x1 de los dos jugadores antes citados.
Todos los ataques murcianos terminan en aclarados para Thomas o Dean, o como mucho se juega un pick&roll, después de haber hecho (intentado) varios bloqueos y cortes por la zona sin sacar ninguna ventaja. Si pudiérmos ver los puntos que anota el CB Murcia desde saques de banda, fondo o jugadas rápidas veríamos lo poco que aprovecha estas situaciones nuestro equipo, y frente al Bilbao se vio claramente la diferencia entre los dos equipos en este aspecto. La mayoría de los triples anotados por los exteriores vascos venían precedidos de bloqueos indirectos diagonales y con muchísimo juego sin balón. Si defendían por detrás, rodeaban el bloqueo. Si defendían como tercer hombre, tripe. Y si intentaban anticipar, puerta atrás y canasta bajo el aro. En fin, táctica individual y colectiva.
Y Hussein, en la banda, intentando explicarle a Opacak cómo defender a Paco Vazquez.
Si a eso le unimos que no hay juego en la pintura, todos los pívots se abren para tirar, tenemos los ingredientes perfectos para ver cómo Gonzalo Martínez botaba y botaba sin poder dar el primer pase del sistema. Hubo minutos en los que, con Quincy Lewis jugando de pívot, no se intentó meter balones interiores para buscar la superioridad de Moss o Barnes bajo el aro.
Falta, en mi opinión, tener claro a qué jugamos, mejorar los aspectos tácticos del juego que te pueden dar muchos puntos al final del partido y, si queremos que Slanina aporte puntos, prepararle ataques para que tenga opciones de poder tirar.
Después de una primera parte aceptable y con un esperanzador 38 a 38 en el marcador, se vieron sobre la pista los peores minutos del equipo de Hussein jugando como local. Los bilbaínos, magistralmente dirigidos desde el banquillo, aumentaron su nivel defensivo y cerraron los caminos a Chris Thomas, lo que atascó el ataque murciano y llevó a la desesperación al base estadounidense, que cometió su tercera falta y se fue al banco antes de lo previsto.
Este hecho, unido a las tres faltas del escolta T. Dean, hizo que no estuvieran sobre la pista ninguno de los dos desatascadores del ataque murciano y mostró lo que para mí es el principal problema de los de Hussein: los sistemas de ataque se basan única y exclusivamente en 1x1 de los dos jugadores antes citados.
Todos los ataques murcianos terminan en aclarados para Thomas o Dean, o como mucho se juega un pick&roll, después de haber hecho (intentado) varios bloqueos y cortes por la zona sin sacar ninguna ventaja. Si pudiérmos ver los puntos que anota el CB Murcia desde saques de banda, fondo o jugadas rápidas veríamos lo poco que aprovecha estas situaciones nuestro equipo, y frente al Bilbao se vio claramente la diferencia entre los dos equipos en este aspecto. La mayoría de los triples anotados por los exteriores vascos venían precedidos de bloqueos indirectos diagonales y con muchísimo juego sin balón. Si defendían por detrás, rodeaban el bloqueo. Si defendían como tercer hombre, tripe. Y si intentaban anticipar, puerta atrás y canasta bajo el aro. En fin, táctica individual y colectiva.
Y Hussein, en la banda, intentando explicarle a Opacak cómo defender a Paco Vazquez.
Si a eso le unimos que no hay juego en la pintura, todos los pívots se abren para tirar, tenemos los ingredientes perfectos para ver cómo Gonzalo Martínez botaba y botaba sin poder dar el primer pase del sistema. Hubo minutos en los que, con Quincy Lewis jugando de pívot, no se intentó meter balones interiores para buscar la superioridad de Moss o Barnes bajo el aro.
Falta, en mi opinión, tener claro a qué jugamos, mejorar los aspectos tácticos del juego que te pueden dar muchos puntos al final del partido y, si queremos que Slanina aporte puntos, prepararle ataques para que tenga opciones de poder tirar.
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