Sí, ya sé que eso de los vencedores morales no vale de nada, pero es que en esta ocasión la selección española de baloncesto ha cautivado al mundo con su juego, su personalidad y su carácter.
España perdió frente al poderoso equipo estadounidense por 107 a 118, aunque no hubo diferencias ni técnicas ni tácticas entre las dos escuadras. Si acaso le podemos otorgar a los NBA el concurso de triples y de mates, sin embargo el partido y el torneo lo ganó nuestra selección, nos dieron la medalla de plata, pero somos campeones.
Para la prensa mundial el equipo español ha convertido al baloncesto en algo global, la distancia entre los mejores atletas-jugadores del mundo y el resto era abismal, sólo les habíamos ganado cuando sus equipos no eran integrados por las estrellas, pero este equipo que ha acudido a Pekín era una selección de sus mejores deportistas. El salto de calidad de esta generación de jugadores ha puesto a Europa muy cerca de Estados Unidos, por lo que los dirigentes norteamericanos tendrán que poner en liza a los mejores en las próximas citas para seguir con la primacía mundial, si los españoles les dejan.
La única diferencia fue física, la velocidad y fuerza de los atletas-jugadores estadounidenses marcó la distancia entre los dos equipos, aderezado por, otra vez, la permisividad arbitral. Las salidas en contraataque con los pasos de balonmano que hacían habitualmente y la cantidad de "estopa" que soltaban en ambas canastas. Aquí el premio se lo lleva el "armario" D. Howard, que, claro, protestaba las faltas que le pitaban (si podía empujar y dar guantazos a diestro y siniestro no comprendía que, a veces, le señalaran personal). Todo esto era contrarrestado por el descaro y la técnica individual de los españoles, pero el número de canastas con tiro libre adicional fue un lastre durante el partido. Es curioso que pequeños contactos señalados como personales en la zona hispana eran caricias comparadas con los empujones y golpes que recibieron los hermanos Gasol y Felipe en numerosas ocasiones.
En este punto tengo que destacar que el acuerdo FIBA-NBA para no pitarles los pasos de salida, no fue discutido por ningún equipo hasta la final. Si desde el primer momento, el resto de países les hubieran montado un pollo cada partido, la vergüenza arbitral podría haber sido mayor, o no. Pero es que fue indignante.
Al margen de sus ventajas, el equipo USA jugó un buen partido, atacó bien la zona, tiró espléndidamente y buscaron el extra-pass en numerosas ocasiones. Además, tenían entre sus integrantes al jugador más decisivo del basket mundial, Kobe Bryant, que cuando más se acercaba España asumía la responsabilidad y volvía a poner tierra de por medio. Con el 89-91 después del triple de Rudy, Bryant metió una canasta de la casa, dio una asistencia a Wade para un triple y volvió a dar otro pase de canasta a Howard para establecer un parcial de 7-0, siempre con el balón en posesión de las estrella de los Lakers. Más tarde, Rudy nos vuelve a acercar en el marcador, pero Bryant anota un triple, ¿con falta? del propio Rudy, que lleva además al banquillo al jugador más determinante del combinado nacional.
En el último arreón de España (104-108) con triple del capitán Carlos Jiménez, los norteamericanos superan la presión con unos pasos flagrantes de Chris Paul y las técnicas a los jugadores y al banquillo español dejan el marcador final en 107- 118.
España únicamente perdió el primer cuarto claramente, el segundo y el tercero se perdieron de un punto, y el último se perdió debido a los tiros libres de las técnicas.
Al equipo español, con su entrenador Aíto García Reneses a la cabeza, sólo puedo darle las GRACIAS, gracias por hacerme disfrutar con este gran deporte. ¿Alguien dijo que habían perdido la magia? Seguiremos soñando con ellos.
España perdió frente al poderoso equipo estadounidense por 107 a 118, aunque no hubo diferencias ni técnicas ni tácticas entre las dos escuadras. Si acaso le podemos otorgar a los NBA el concurso de triples y de mates, sin embargo el partido y el torneo lo ganó nuestra selección, nos dieron la medalla de plata, pero somos campeones.
Para la prensa mundial el equipo español ha convertido al baloncesto en algo global, la distancia entre los mejores atletas-jugadores del mundo y el resto era abismal, sólo les habíamos ganado cuando sus equipos no eran integrados por las estrellas, pero este equipo que ha acudido a Pekín era una selección de sus mejores deportistas. El salto de calidad de esta generación de jugadores ha puesto a Europa muy cerca de Estados Unidos, por lo que los dirigentes norteamericanos tendrán que poner en liza a los mejores en las próximas citas para seguir con la primacía mundial, si los españoles les dejan.
La única diferencia fue física, la velocidad y fuerza de los atletas-jugadores estadounidenses marcó la distancia entre los dos equipos, aderezado por, otra vez, la permisividad arbitral. Las salidas en contraataque con los pasos de balonmano que hacían habitualmente y la cantidad de "estopa" que soltaban en ambas canastas. Aquí el premio se lo lleva el "armario" D. Howard, que, claro, protestaba las faltas que le pitaban (si podía empujar y dar guantazos a diestro y siniestro no comprendía que, a veces, le señalaran personal). Todo esto era contrarrestado por el descaro y la técnica individual de los españoles, pero el número de canastas con tiro libre adicional fue un lastre durante el partido. Es curioso que pequeños contactos señalados como personales en la zona hispana eran caricias comparadas con los empujones y golpes que recibieron los hermanos Gasol y Felipe en numerosas ocasiones.
En este punto tengo que destacar que el acuerdo FIBA-NBA para no pitarles los pasos de salida, no fue discutido por ningún equipo hasta la final. Si desde el primer momento, el resto de países les hubieran montado un pollo cada partido, la vergüenza arbitral podría haber sido mayor, o no. Pero es que fue indignante.
Al margen de sus ventajas, el equipo USA jugó un buen partido, atacó bien la zona, tiró espléndidamente y buscaron el extra-pass en numerosas ocasiones. Además, tenían entre sus integrantes al jugador más decisivo del basket mundial, Kobe Bryant, que cuando más se acercaba España asumía la responsabilidad y volvía a poner tierra de por medio. Con el 89-91 después del triple de Rudy, Bryant metió una canasta de la casa, dio una asistencia a Wade para un triple y volvió a dar otro pase de canasta a Howard para establecer un parcial de 7-0, siempre con el balón en posesión de las estrella de los Lakers. Más tarde, Rudy nos vuelve a acercar en el marcador, pero Bryant anota un triple, ¿con falta? del propio Rudy, que lleva además al banquillo al jugador más determinante del combinado nacional.
En el último arreón de España (104-108) con triple del capitán Carlos Jiménez, los norteamericanos superan la presión con unos pasos flagrantes de Chris Paul y las técnicas a los jugadores y al banquillo español dejan el marcador final en 107- 118.
España únicamente perdió el primer cuarto claramente, el segundo y el tercero se perdieron de un punto, y el último se perdió debido a los tiros libres de las técnicas.
Al equipo español, con su entrenador Aíto García Reneses a la cabeza, sólo puedo darle las GRACIAS, gracias por hacerme disfrutar con este gran deporte. ¿Alguien dijo que habían perdido la magia? Seguiremos soñando con ellos.
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