España ha derrotado a Grecia en un partido cómodo para nuestra selección, que rompió el choque en el tercer cuarto, tal y como nos tiene acostumbrados el equipo de Aíto.
La crónica del partido la dejo para los periódicos pero me gustaría destacar algunos aspectos. En primer lugar, se sigue demostrando que España no depende de ningún jugador en concreto, todos han jugado y, a excepción de Raül que sólo ha intervenido en 4 minutos, el resto ha aportado al conjunto del equipo tanto en defensa como en ataque. Sobresaliente Jiménez, a pesar de no estar en su mejor momento, parecía el del Mundial, llegando a todas las ayudas y rotaciones, bien en el rebote y en la intimidación (5 rebotes y 2 tapones), incluso con dos palmeos de altura. También se ha notado la aportación de Berni, cuando está en pista la defensa española mejora notablemente. En ataque el mejor ha sido Rudy, aunque no me gustan demasiado las jugadas que empiezan y terminan en sus manos, a veces es algo egoísta. Las estrellas de la selección, Pau, Navarro y Calderón han aparecido en momentos puntuales. ¿Hacía falta más? Esperemos que estén cuando se les necesite.
De Grecia esperaba bastante más, excesiva dependencia del juego exterior y muy poca aportación de los pívots (6 puntos entre Bouroussis, Tsarsaris y Schortsianitis, además de los 7 de Fotsis, pero jugando por fuera). Su juego muy previsible, iniciando con un bloqueo directo central más penetración, que España lo defendió bastante bien, cerrándose todo el equipo y concediendo el tiro, pero llegando a casi todos los lanzamientos.
En el resto de partidos ganaron los favoritos menos Argentina, que sigue con su mala racha y pobre juego que ya desplegaron en su preparación, y eso que los árbitros no eran españoles. Al final casi remontan debido a la incapacidad de sacar el balón por parte de los lituanos, pero Jasikevicius se quedó la última posesión y Kleiza anotó el triple decisivo. Como dato interesante y que demuestra la poca confianza del entrenador argentino Sergio Hernández en su banquillo es el reparto de minutos: entre 6 jugadores se distribuyeron el 93 % de los minutos.
Por último, increíble la permisividad arbitral en los pasos de salida de los jugadores norteamericanos, ¿estamos en la NBA? A ver si esto cambia, aunque creo que la FIBA no está muy por la labor.
La crónica del partido la dejo para los periódicos pero me gustaría destacar algunos aspectos. En primer lugar, se sigue demostrando que España no depende de ningún jugador en concreto, todos han jugado y, a excepción de Raül que sólo ha intervenido en 4 minutos, el resto ha aportado al conjunto del equipo tanto en defensa como en ataque. Sobresaliente Jiménez, a pesar de no estar en su mejor momento, parecía el del Mundial, llegando a todas las ayudas y rotaciones, bien en el rebote y en la intimidación (5 rebotes y 2 tapones), incluso con dos palmeos de altura. También se ha notado la aportación de Berni, cuando está en pista la defensa española mejora notablemente. En ataque el mejor ha sido Rudy, aunque no me gustan demasiado las jugadas que empiezan y terminan en sus manos, a veces es algo egoísta. Las estrellas de la selección, Pau, Navarro y Calderón han aparecido en momentos puntuales. ¿Hacía falta más? Esperemos que estén cuando se les necesite.
De Grecia esperaba bastante más, excesiva dependencia del juego exterior y muy poca aportación de los pívots (6 puntos entre Bouroussis, Tsarsaris y Schortsianitis, además de los 7 de Fotsis, pero jugando por fuera). Su juego muy previsible, iniciando con un bloqueo directo central más penetración, que España lo defendió bastante bien, cerrándose todo el equipo y concediendo el tiro, pero llegando a casi todos los lanzamientos.
En el resto de partidos ganaron los favoritos menos Argentina, que sigue con su mala racha y pobre juego que ya desplegaron en su preparación, y eso que los árbitros no eran españoles. Al final casi remontan debido a la incapacidad de sacar el balón por parte de los lituanos, pero Jasikevicius se quedó la última posesión y Kleiza anotó el triple decisivo. Como dato interesante y que demuestra la poca confianza del entrenador argentino Sergio Hernández en su banquillo es el reparto de minutos: entre 6 jugadores se distribuyeron el 93 % de los minutos.
Por último, increíble la permisividad arbitral en los pasos de salida de los jugadores norteamericanos, ¿estamos en la NBA? A ver si esto cambia, aunque creo que la FIBA no está muy por la labor.
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