Recta final

Con la temporada en su recta final es momento de valorar las campañas realizadas por los diferentes conjuntos murcianos. Alguno podrá decir que es mejor esperar a que acaben, pero creo que la posición final puede depender de la suerte o de los "esfuerzos" de última hora, y no tener presente el recorrido en su totalidad.

Empecemos por la ACB. El Polaris World CB Murcia, pese a perder en Manresa, ha rubricado su permanencia en la máxima categoría, objetivo primordial desde el comienzo de la temporada. Bien es verdad que los aficionados le han pedido más y, parece, que con alguna victoria más a domicilio, el equipo de Manuel Hussein podría haber luchado por un puesto en el play-off. Si miramos los ocho primeros equipos, todos son superiores en presupuesto y equipo al Polaris, el problema quizá ha sido la forma de perder fuera de casa y la imagen que el equipo ha dado fuera del Palacio. También se ha achacado al entrenador el pobre juego de conjunto, la realidad es que ha conseguido el objetivo a falta de tres jornadas, aunque personalmente a mí no me ha gustado la manera de jugar, con demasiadas individualidades y pocas alternativas ofensivas en un equipo, en principio, muy polivalente.
En la liga LEB Bronce, los dos conjuntos murcianos están clasificados para disputar el play-off de ascenso, gran éxito sin duda para ambos, aunque hace unas jornadas el Balneario de Archena estaba luchando por el primer puesto, que da el ascenso directo. La victoria del Torrealta de Molina en el derbi, le otorga todavía opciones de ser segundo, aunque tiene un calendario bastante complicado, con tres salidas. Archena tiene más opciones de ser segundo o como máximo tercero, por lo que partirá con ventaja de campo en los cruces. Por tanto, las apuestas, tanto de Felipe Coello como de Javier Aguilar, deben ser valoradas como merecen, ya que hay muchos clubes en la categoría con mayor presupuesto y tradición. Esperemos, de todas formas, verlos en la final a cuatro y así poder culminar una gran temporada con el premio de luchar por el ascenso.
Los tres equipos de EBA llevan caminos distintos, UCAM y Bahía de Mazarrón luchan por la cuarta plaza de su grupo, plaza que lleva a la fase de ascenso a LEB Bronce, aunque los universitarios llevan ventaja de una victoria sobre los de la costa, que están igualados con Almassera e Ibiza. Y digo caminos distintos porque, a pesar de estar cerca en la clasificación, el equipo de Primi Abad fue concebido para estar más arriba y la utilización de ¡20 jugadores!, todo un récord, y su gran presupuesto no es sinónimo de éxito.
Eliocroca está peleando por no descender y en Menorca ha perdido una gran oportunidad de certificar su permanencia, ya que con Sagunto y Hellín prácticamente descendidos, hay seis equipos para dos puestos, con ventaja de un partido para los lorquinos y Alginet sobre Paterna, Villajoyosa, Ciutadella y Castellón. El problema del Eliocroca es el difícil calendario que le queda (Almassera y Pamesa en casa y Hellín fuera), pero también las bajas importantes que acumula, sobretodo que ahora había encontrado el equilibrio perdido a principio de temporada, hecho que debe hacer reflexionar a sus gestores a la hora de planificar la próxima temporada. Esperemos que en la misma categoría.
En Nacional, el Obralia CB Capuchinos parece que va a acabar la temporada en el sexto puesto, lugar más que digno para un club modesto, aunque de haber contado toda la temporada con un equipo más completo podría haber luchado por las plazas de ascenso. Hay que recordar que Joseda Asensio fichó por Mazarrón y Pablo Alfonso llegó al equipo, después de pasar por Archena y Hellín, con la clasificación ya muy complicada, amén de las lesiones de jugadores importantes (Josema y David), que han coincidido con las rachas negativas del equipo.
Las tres últimas plazas del grupo están asignadas, desde hace tiempo, a Marme, San José y Santomera, equipos que no han sabido adaptarse a la categoría, influidos por varios factores, entre ellos, el escaso número de jugadores con nivel de la categoría, teniendo que utilizar a numerosos jugadores en categoría junior.
El Begastri está luchando por no ser el cuarto equipo que descienda y, aunque ha ganado al Marme esta jornada, la derrota con San José le puede pasar factura. Los problemas económicos y la marcha de su mejor jugador, Javier García Cerezo, a Hellín le ha llevado a unas posiciones en las que no había estado en toda la liga.
Veremos como queda finalmente la Nacional el año que viene, parece que se quiere ampliar a dos grupos, uno con los equipos murcianos y alicantinos y otro con los de Valencia y Castellón, pero la marcha de estos equipos debería llevar a replantearse iniciar la temporada sin los mimbres adecuados.
Por último me gustaría destacar las finales en categoría junior, tanto masculina como femenina, que se han jugado este pasado fin de semana. En chicas, el Obralia CB Capuchinos venció en los dos partidos a Jesuitinas, siendo un justo ganador ya que si bien la igualdad fue la tónica dominante en el primer partido, en el segundo las jugadoras de Josema Castro lideraron el marcador desde el primer minuto, con ventajas que llegaron a los 20 puntos y, aunque en una remontada importante Jesuitinas se llegó a poner a cinco puntos en el último cuarto, el cansancio y el mejor porcentaje de acierto en el tiro de Capuchinos puso la diferencia final en once puntos, 49 a 60. Enhorabuena a un grupo que se merecía desde hace tiempo un título, y que han mostrado una gran determinación y un espíritu de lucha digno de resaltar.
En la Final A4 masculina, el Polaris World CB Murcia y el Obralia CB Capuchinos han disputado la final después de derrotar al CB Molina y al Basket Cartagena. En un apasionante final Polaris se ha impuesto por un sólo punto a Capuchinos, 80 a 79, pero llevando casi todo el partido la iniciativa. Capuchinos ha ido a remolque desde el primer cuarto en el que el excelente juego exterior polarista ha llevado a su equipo a la máxima ventaja (17 -4). A partir de aquí la reacción colegial le ha llevado a ir recortando la desventaja, gracias fundamentalmente al rebote de ataque de Jorge Morán y al tiro desde más allá de 6,25. Pero cuando consiguieron los más difícil, ponerse por delante (58-62), una serie de errores y de pérdidas de balón volvieron a poner por delante a los de Marcos Martín, que ya no abandonaron hasta el final. En la última jugada nos quedará la duda sobre si fue falta sobre el pívot de Capuchinos, pero el resultado es inamovible y cualquiera de los dos equipos mereció la victoria.

El padre forofo

Hace unos meses, en algún lugar de la red, leí esta carta que ahora os reproduzco.

"No sé cómo decírtelo. Seguramente crees que lo haces por mi bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal. Me regalaste el balón cuando apenas empezaba a andar. Aún no iba a la escuela cuando me apuntaste al equipo. Me gusta entrenar durante la semana, bromear con los compañeros y jugar el domingo, como lo hacen los equipos grandes. Pero cuando vas a los partidos... no sé. Ya no es como antes. Ahora no me das una palmada cuando termina el partido, ni me invitas a un bocata. Vas a la grada pensando que todos son enemigos. Insultas a los árbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a otros padres... ¿Por qué has cambiado?

Creo que sufres y no lo entiendo. Me repites que soy el mejor, que los demás no valen nada a mi lado, que quien diga lo contrario se equivoca, que sólo vale ganar. Ese entrenador del que dices que es un inepto, es mi amigo, el que me enseñó a divertirme jugando. El chaval que el otro día salió en mi puesto... ¿Te acuerdas? Sí, hombre, aquel que estuviste toda la tarde criticando porque "no sirve ni para llevarme la bolsa", como tú dices. Ese chico va a mi clase. Cuando le vi el lunes, me dio vergüenza.

No quiero decepcionarte. A veces pienso que no tengo suficiente calidad, que no llegaré a ser profesional y a ganar cientos de millones, como tú quieres. Me agobias. Hasta he llegado a pensar en dejarlo, pero, ¡me gusta tanto!...

Papá, por favor, no me obligues a decirte que no quiero que vengas a verme jugar."

Esta carta nos puede parecer algo exagerada, además de no saber si ha sido escrita por un adolescente sufriendo esta situación. Creo que no por su cuidada expresión y mejor ortografía y puntuación, pero el caso es que pone de manifiesto un hecho que ocurre en muchos deportes, incluido el baloncesto: el padre forofo. Estos padres, creyendo que están ayudando a sus hijos, ponen por encima de los valores que todo deporte de equipo tiene -compañerismo, confianza, generosidad, sacrificio- otros de marcado carácter individual -minutos que juega, puntos, rebotes, robos- sin tener en cuenta el resultado del conjunto. Además, cuando el equipo no va bien, suelen hacer comentarios a otros padres sobre el entrenador, el jugador que más tira, o el que va menos a entrenar, sin tener en cuenta que esas situaciones llegan al resto del equipo provocando malos rollos entre los mismos jugadores.
Muchas veces no entendemos que esto no es más que un hobby, un espacio en el que tener un grupo de amigos y un tiempo dedicado a una actividad "sana", que raras veces se convierte en algo más. Sólo unos pocos llegarán a dedicarse profesionalmente a esto y, casualmente, suelen ser chicos con una madurez por encima de su edad, influidos por el ambiente familiar (no hay más que ver y oír a los padres de los hermanos Gasol), ya que jugadores con proyección hay a cientos y muchos se quedan en el camino. Además de tener aptitudes físicas, técnicas y tácticas, para ser un grande es imprescindible tener actitud.
Evidentemente, hay una gran mayoría de padres responsables, que están al lado de sus hijos, que les ayudan cuando tienen bajones y que hablan con los responsables de su club cuando algo no va bien. Son padres que entienden el deporte como una escuela para la vida y que, por supuesto, quieren que sus hijos jueguen y que lo hagan lo mejor posible, pero sin dramatismos, sin llegar al extremo de perder, incluso, a los amigos de siempre, a los del barrio o a los del colegio.
Ahora que las competiciones están a punto de terminar, que todos queremos ganar, o no ser últimos, o quedar por encima del equipo rival, y viendo el partido de tu hijo miras a los lados y estás solo, alejado del resto de los aficionados y padres de tu equipo, reflexiona el porqué estas ahí.